Iglesia San Francisco

Entre todas estas edificaciones se destaca una en particular, el Complejo de San Francisco, localizado en el centro de la ciudad, construido entre los siglos XVII y XIX; y que está conformado por varias espacialidades como el convento de San Joaquín, la Capilla de la Inmaculada, la Torre Mudéjar, un museo de arte religioso, y por supuesto, la Iglesia de San Francisco, su principal referente arquitectónico. 

La Iglesia de San Francisco es una obra de estilo neoclásico construida en ladrillo entre 1803 y 1827. Su fachada tiene dos cuerpos en la que sobresalen 4 pares de pilastras dóricas sobre el cuerpo inferior y dos pares sobre el superior. En su interior se destacan el altar mayor elaborado en madera y mármol, así como varias imágenes de San Francisco, de Cristo en el calvario y resucitado, además de las pinturas al fresco que adornan la cúpula principal y narran los principales momentos de la vida del santo patrón de este templo.




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